"El viaje comenzó cuando el Sábado sobre las 17,30 salimos de Villafranca en dirección a Cañamero. Fue un viaje tranquilo en el que todos estuvimos charlando con los amigos.
Cuando, por fin, llegamos caminamos hasta el pabellón donde íbamos a pasar la noche. Al entrar en este sitio nos llamó la atención que un grupo de padres e hijos estaban practicando el tiro con arco. Nosotros nos concentramos e hicimos unos ejercicios de relajación antes de la cena compartida. cada uno había llevado algo de comida para comérnosla entre todos. después nos bajamos al pueblo a pasar un buen rato charlando en un bar. Sobre las 12 volvimos al pabellón y después de pasar un ratito con Jesús haciendo oración nos fuimos a dormir, lo que cada uno hizo como pudo en aquel lugar.
A la mañana siguiente todos nos preparamos para dirigirnos a Guadalupe guiados por D. Luis Leza, fiel conocedor de los parajes. Fue un camino que se hizo muy duro para algunos, pero fácil para otros. Hicimos por el trayecto varias paradas: un castaño centenario, monumento natural; una cruz que recordaba a algunas personas asesinadas en aquel lugar por bandidos: un precioso cerro desde donde vimos Guadalupe: una ermita desde donde rezamos como los peregrinos a Jerusalén...
Por fin llegamos a Guadalupe sobre las 12, 30h. Fuimos hasta la escalinata del Monasterio donde nos encontramos con el resto de compañeros , sus familias y algunos profesores. Comimos todos juntos en un parque. Después de tener un breve tiempo libre, vino el momento culmen. Tuvimos una preciosa celebración de la Eucaristía que presidió el P. Rafael Mateos y el P. Gonzalo, que animamos los alumnos con nuestros cantos. los Padres Franciscanos nos dieron la oportunidad de visitar el Camarín de la Virgen, una estancia preciosa.
Después de todas estas cosas, cargados de sentimientos nos dirigimos a los autobuses que nos condujeron de nuevo a Villafranca con un buen sabor de boca por la convivencia tan bonita que vivimos.
Elena Palacios.
